ECHO 04

ANSÓ
(Valle de Echo)

14 al 29 de julio de 2004

Las crónicas de este campamento comienzan el martes del día 14 de junio en la puerta del Colegio Alemán, a la espera del autobús que nos llevaría hasta Ansó en el valle de Hecho en los Pirineos aragoneses (oscenses).
Tras el largo viaje, al fin llegamos a nuestra campa. De inmediato, los Scouters repartieron a cada unidad las tiendas en las que iban a dormir. Junto con las tiendas nos dijeron la zona que nos correspondía a cada Unidad, la Tropa y la Manada a los lados de la entrada y los Pioneros un poco más apartados para no molestar por las noches ni ser molestados.

Los Scouters se pusieron en la zona más baja del campamento, junto al comedor, la cocina, la tienda de material y un poco más alejadas las duchas. A esta zona se
llegaba bajando una pequeña rampa. Tras montar las tiendas apenas dio tiempo para hacer actividad alguna así que nos fuimos a cenar, que buena falta nos hacía.

La mañana siguiente después del primer acto comunitario y de desayunar, las unidades comenzaron con sus respectivas actividades. Los Scouters de Manada explicaron la caza a los lobatos y comenzaron a realizar algunas construcciones.

Los troperos comenzaron a cavar un hoyo para el fregadero a las vez que otra pare de la Tropa comenzó a levantar la valla, el mástil y demás construcciones dirigidos aparte de por los Scouters por Adrián y por Carolina. Los Pioneros, mientras tanto, montaron las letrinas.

Tras finalizar estos duros trabajos que nos llevaron la mayor parte del día nos pudimos acostar no sin antes estar escuchando y cantando con los Pioneros. Con normalidad, cada Unidad se dedicó a realizar las actividades planificadas. Eso sí, con un nuevo compañero: el botijo, presente en todas las unidades y actividades.

La aventura de los troperos era el descubrimiento de América. En la zona construyeron un horno, que los vigilantes forestales les hicieron desmontar, y plantaron un mástil con vela, aunque el zorro se lo destruía cada día.

Un par de días más tarde legaron Teresa y Belén del Camino de Santiago que habían hecho con grupo “Jaire”.

Con la proximidad del río las unidades se bai1aban en el con una gran frecuencia debido a sus gélidas aguas ideales para sofocar el calor y los magníficos toboganes.

Los días transcurrían con normalidad excepto por el agua y por un gran elemento de nuestras cenas: EL BUZÓN DEL AMOR! Eso sí, con la incorporación del DOCTOR AMOR.

Tras varias pistas del zorro se produjo la primera acusación. Los acusados Baloo y Alvarito, el cual era el verdadero zorro, pero para defenderse acusó a Baloo y éste a Alvarito.

Después de varios días llego el momento en el que la gente se esconde debajo de las piedras. Había llegado la marcha! que tuvo que ser aplazada debido a que comenzó a llover, aunque esto solo la retrasó unas horas. En la marcha, la Tropa tuvo que mal dormir, los que consiguieron dormir, en un vivac, debido a la niebla, la lluvia, el viento y a la incesante lluvia. Los Pioneros, el día de después de esta noche estuvieron jugando con la nieve hasta que la Tropa los encontró. La Manada caminaba más rápido que la Tropa de un grupo valenciano, al cual fue la Tropa a hacer la supervivencia.

Tras la marcha, llego el día más esperado por todos, el día de los padres en el cual comimos hasta ponernos enfermos. Uno de los fallos que el día tuvo fue la prácticamente inexistente guerra de agua que por suerte se sustituyo por un baño en el río.

El Día de Lobatos, los Pioneros eran sus monitores. Hicieron un juego disfrazándose de dioses griegos y organizando varios juegos. Los más divertidos, cómo no…, los de ensuciarse y deslizarse sobre pendientes mojadas. Por la tarde se hicieron algunos juegos, y un taller de pulseras, las cuales engancharon a todos. Tres días después, los ovillos se habían reducido un buen trozo…

El suceso más sorprendente ocurrió cuando una noche como otras, los Pioneros estaban cantando tumbados sobre las esterillas. Ese día hacía mucho viento.

Habíamos reparado dos veces el doble techo porque se habían roto los plásticos de enganche. Lo habíamos cosido porque se había abierto por la zona del palo. En una ráfaga fuerte, la tienda voló literalmente. Se arrancó el doble techo entero, con palos y todo. Encontramos un palo a quince metros y el doble techo se encaló en un árbol.

La empresa de los Pioneros estaba ambientada en la Tierra Media, es decir, toda la fantasía creada por Tolkien con los relatos de El Señor de los Anillos.

Al empezar hicieron un taller sobre todo el mundo creado por Tolkien, para entrar en calor. Luego aprendieron runas élficas y se hicieron disfraces de elfos y uruk-hais para la Descubierta.

Memorizaron la profecía del anillo en lengua de Mordor, hicieron un túnel temático disfrazándose de elfos, orcos, Gollum, construyeron una telaraña sobre la cual pendía Ella-Laraña, una temible araña que lanzaba unas telas mortíferas. No faltaron los Nueve Jinetes negros, montados sobre temibles pajarracos que emitían unos chillidos penetrantes. El Warhammer humano con globos de agua fracasó por la impaciencia de las piezas. El juego de orientación estuvo muy divertido, aunque no era difícil lo de orientarse…

En la marcha, coronamos el pico del Bisaurín, de 2600 metros o algo así. El nombre fue cambiado por Bisaurón, en honor de Tolkien. Dormimos en un refugio y vimos nieve, niebla, vacas, agua, y una vegetación y naturaleza inigualable, como nunca antes.

De vuelta a la comarca… Bolsón cerrado.

Al margen del delirio “Tolkien”, hicieron un taller de Comercio Justo, una charla sobre ETA, una actividad de artes marciales y lucha, un juego de conocimiento, un Portaaviones, una supervivencia en el pueblo, un taller sobre historia del arte, una cena con la despedida de
Paula, … Mención especial al tótem que realizaron Sesu y Pier.

Apenas quedó tiempo libre, pero se aprovechó para componer dos canciones, una de las cuales ganó el concurso para ir a la Trobada de la Cançó.

La Velada de este año fue novedosa. Había que escuchar una canción y escenificar lo que te sugería. No salió muy bien, quitando al niño de Tropa que repetía un nombre impronunciable 10 veces por segundo y la moto de Germán pasando junto a cactus y entrando en un saloon del lejano Oeste. El juego de Grupo tenía varias pruebas y te transportaba en el tiempo a través de líneas invisibles. Ni que comentar la metedura de pata de Fernando en la acequia. Un error de la línea…

Las acusaciones del zorro no fueron las únicas ya que cambió la forma de mandar al zorro al pilón. Tras denunciarse en el acto comunitario, se juzgaban en un juicio con juez, acusación y defensa, que se realizaba por la noche presentando pruebas sólidas y consistentes. La cena de
gala ya no era por parejas, este año se formaron varios grupos de personas cada uno disfrazados de una cosa, desde chulos de playa hasta progres’. Se cantaron las canciones de campamento; destacó la canción chorra (en el grupo scout kipling, todo es risa y diversión…) de un equipo de Pioneros.

En este campamento, la generación femenina Teresa, Belén, Laura y Marta (y Ana, que no pudo venir) hicieron el paso a Rutas. Adrián pasó a
Pioneros y aparte de muchas promesas de lobatos, Yago, Edgard, Philip (espero no dejarme a nadie) pasaron a Tropa.

Bueno, creo que no hay más que contar, a la mañana siguiente desmontamos lo que no se había podido desmontar y nos volvimos a Valencia.

Adiós 🙂

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